Vista de la estación de La
Puebla en la línea del horizonte. En primer plano entrada al barranco de la
Hoz.
-
Un inglés en la Estación de La Puebla de Albortón.
El pasado mes de junio, tuve la oportunidad de recibir el último
número de la revista, Aragón turístico
y monumental, esta publicación es
continuación de, Aragón : Revista gráfica de cultura
aragonesa, órgano del sindicato de iniciativa y propaganda de Aragón , SIPA.
Uno de los artículos de esta revista,
titulado, -Un inglés en Fuendetodos-, de Javier López Romanos, describe parte del libro de J.E.Crawford
Flitch, autor y protagonista de un viaje
a Fuendetodos. Este ciudadano inglés
amante de la pintura y de la figura del gran maestro Francisco de
Goya y Lucientes, relata en uno de los capítulos , su paso por la
estación de ferrocarril de La Puebla
de Albortón. ¿Qué hacia este ciudadano procedente del Reino Unido en época del Rey Jorge V de Inglaterra , en la España de principios del siglo XX, en
una estación de ferrocarril de un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza ?,
¿ y algo más ¿Quién fue J.E.Crawford Flitch? .
J.E.Crawford Flitch , ( Yorkshire
1881 - 1946 ) fue abogado y traductor,
realizó varios viajes a España, y a
diferencia de otros paisanos suyos, fue
un gran amante de nuestra tierra. Algunos autores citan Alejandro Dumas a mediados del siglo XIX,
como autor de la frase –“África comienza
en los Pirineos”-, cierto es que los turistas ingleses eran más de visitar
Francia o Italia, que España , solo los
viajeros más aventureros se adentraban
en nuestra patria en el siglo XIX, principios
del XX, Mr Flitch fue un caso
excepcional , y en muchos círculos fue considerado como un verdadero
hispanista. Tradujo la obra literaria
de Miguel de Unamuno, con el que le unía
una gran amistad. En una de sus cartas D
Miguel, invitó a Mr Flitch a conocer
mejor la figura de Goya, viajando por
España, para así comprender mejor su obra ,
los lugares y sus gentes, siendo
esta una forma muy didáctica de entender el arte del
Genio de Fuendetodos.
Animado por esta invitación
Flitch , viajó a nuestro país en el año 1913 , visitando Fuendetodos, el Pilar,
La Cartuja de Aula Dei , y otros lugares, todos relacionados con el maestro y la
obra de D Francisco de Goya, posteriormente todo este viaje quedó reflejado en
un libro de catorce capítulos titulado “ An idler in Spain. The record of a
Goya pilgrimage”. haciendo referencia a cada una de sus visitas , comentaremos un pequeño texto -original
e imaginario- del capítulo que hace
referencia al viaje a Fuendetodos.
-Llega nuestro viajero a Zaragoza
en la primavera de 1913, se hospeda en el Hotel Lion d’or , con la intención de
viajar a Fuendetodos , conocer la casa donde nació el Maestro, los lugares que de niño frecuentó , las
pinturas de la Iglesia y visitar,
si es que queda alguien de la familia,
en este pueblo aragonés.-
En hora temprana y en la
recepción del Hotel pregunta cómo puede desplazarse hasta Fuendetodos, y la
respuesta es, que, la mejor forma, es utilizar el recién inaugurado ferrocarril de vía estrecha a Utrillas,
apearse en *la estación de La Puebla de Albortón y caminar hasta Fuendetodos.
Nuestro turista, se desplazará hasta el barrio de Montemolin, donde
se encuentra la antigua estación de
Cappa, la recién reformada y flamante, Estación de Zaragoza - Utrillas, de la empresa Minas y
Ferrocarriles de Utrillas , MFU, emplazada en el número 138 de la calle Miguel
Servet, y reinaugurada con fecha 30
septiembre de 1904. Después de
proporcionarse el correspondiente billete y con un ligero equipaje de mano , a
las 8 de la mañana inicia un viaje en tren que le dejará después de 40 Km, y en
tiempo de una hora y 40 minutos en la estación de la Puebla de Albortón .
Estación de
Zaragoza, de la línea Zaragoza-Utrillas
( Dibujo de Miguel Murillo Ordovás )
He aquí un fragmento del artículo
de D. Javier López Romanos, en la revista Aragón Turístico y Monumental :
“…insistencia de nuestro
protagonista y tras recibir una mirada conmiserativa de pies a cabeza es
informado de que solo hay un método para el viaje : Tomar el ferrocarril de
Zaragoza a Utrillas y apearse en la estación de la Puebla de Albortón,
para continuar a pie o a lomos de mulo, hasta Fuendetodos.
Toma
nuestro viajero el simpático tren en la estación de Zaragoza a las 8:00
h de la mañana y tras un tranquilo recorrido de 40 km en el que emplea una hora
y cuarenta minutos ,se detiene en la estación de la Puebla de Albortón a
media mañana. Paisaje desértico, ni un alma, consigue hablar con el aburrido
jefe de estación, y comunicarle su deseo de llegar a Fuendetodos.
-¿Fuendetodos ¿
¡apresúrese¡ el cartero acaba de
salir hacia allí y le guiará .
Una figura a lomos de un borrico se divisa en la
distancia.
Please, señor,
grita el viajero sin recibir
señal de respuesta
Y otra muestra de sorna británica. El cartero
se detiene a liar un cigarrillo y nuestro inglés agradece vivamente al
monopolio de tabacos de España, la forma de presentación de las labores,
envueltas en un papel infumable, que obliga al usuario a proveerse de un
librillo con un material más agradable, con el que liar el pitillo para
disfrute del vicio.
Gracias a esta
parada nuestro fatigado viajero consigue alcanzar al jinete que le guiará hasta
su destino.
¡Son agradables estos
aragoneses, conversación no me ha dado, pero me ha cedido su montura y él ha
continuado a pie ¡
A continuación, el viajero recuerda haber leído en una
guía sobre Aragón:
“La gente de esta región es
dura ,taciturna, raza de luchadores, obras y no palabras, miméticas con el país severo en el que se ganan el sustento.
Y de esta raza era Goya”
Hasta aquí el fragmento.
Ahora Imaginemos a nuestro
viajero en la Estación de la Puebla, rodeado de un paisaje tan agreste y
solitario ,en su ignorancia cree divisar a lo lejos Fuendetodos, pero una persona que se ha
apeado junto a él, le saca de su error, indicándole que el pueblo que se ve al
fondo es La Puebla de Alborton, población que da el nombre a dicha
Estación, el viajero saluda a su
interlocutor amablemente y piensa que
-esta gente aunque ruda, es agradable y amable con los
foráneos,- así es como ha entendido siempre Mr Flitch a los aragoneses.
El curso o trayecto desde la Estación de La
Puebla a Fuendetodos ,se desarrolla
por un camino/ senda ascendente, que tiene que superar un desnivel de más de
200 metros, nuestro viajero tiene
ocasión de contemplar con detalle el
paisaje , este irá cambiando conforme se
acercan al destino , al mismo tiempo, también puede disfrutar del olor de las plantas aromáticas,
romeros y tomillos que crecen en
ambos lados del camino, y de una tranquilidad y relajación en el
que solo a lomos de un mulo se puede
disfrutar, algún que otro conejo y
varias perdices se cruzan y sobresaltan al viajero. La diferencia del terreno entre el término
de la Puebla y Fuendetodos es apreciable , la altitud y la vegetación es algo
diferente, pinos y sabinas acompañan a los caminantes ya en el término de Fuendetodos, y como no,
llegando a destino pueden saciar la sed en
una de las fuentes de agua fresca
cercana a la población.
Una vez llegado a Fuendetodos ,
es misión encontrar la casa
natal que, según consta en su blog de
notas, está situada en la c/ Alfóndiga
15, allí conocerá a Dª Benita Lucientes , nieta de la hermana de la madre del
genial pintor , en la Iglesia admirará
las pinturas del Maestro, nada queda por recorrer en la localidad, por
este “explorador artístico” en su afán por llegar a conocer más íntimamente, al Maestro de
Fuendetodos.
Y después de un emocionante y
largo día, el viajero se encamina de regreso
a la Estación de La Puebla de Albortón , donde el
ferrocarril, le transportará nuevamente a la capital. De este modo,
una vez en la estación zaragozana, tomará
el moderno tranvía eléctrico de
la línea 1 Bajo Aragón, atravesará toda la arteria principal del barrio de
Montemolin, y le situará en la plaza de la Constitución, centro de
la ciudad, y así, en unos pocos minutos
caminando por la calle D Jaime I , llegará al n º 44, lugar en el que se
encuentra el Gran Hotel Restaurant Lion d’or.
Ya en el hotel luego de una frugal cena, repasará unas
notas, y después de un apacible y breve descanso, tomará fuerzas para que, a la mañana siguiente, pueda proseguir el recorrido, en busca de nuevos lugares de
reencuentro, con la obra y el espíritu del
genial pintor aragonés.
Hasta aquí este pequeño relato,
basado en la lectura del texto anteriormente citado y otros imaginados, todo ello con la
intención de rememorar nuestra querida estación
de ferrocarril que, durante más de 60 años dio servicio a la Puebla de Albortón, a sus gentes y a otros
pueblos cercanos , llevando riqueza, modernidad, y proporcionado trabajo a
multitud de personas. Hoy la Estación, olvidada, abandonada y semiderruida,
espera unas prometidas obras de
reconstrucción, junto con la pilastra del viaducto de Zafrane , para
convertirla en una Vía verde, en el llamado
“- tren de la sostenibilidad-”,
unas obras de recuperación del patrimonio industrial y de una ingeniería
civil de más de cien años, esperemos que
estas, se desarrollen y se lleven a cabo en breve tiempo.
Desde esta -ventana al
pasado- entendemos que, - la desidia y el polvo que hoy cubren estos edificios, no pueden borrar nuestros
recuerdos-.
*En recuerdo de los viajes
personales efectuados en este maravilloso y mágico tren, con final en la estación de la Puebla de Albortón. En recuerdo de mis abuelos maternos Águeda Salvador Portao y Vicente Ordovás Gil- (Puebla de Albortón
1881-1970), y de los bisabuelos Alejandro Ordovás Lucientes, y su esposa,
Miguela Gil Grasa, fuertemente ligados a la localidad de Fuendetodos.
Çaragoça a X días del mes VII del año MMXXIII,
festividad de San Cristóbal
Francho Chabier Murillo y Ordovás