UNA NOCHE MÁGICA
Nochebuena en la Puebla de Albortón.
( Apuntes de Aragón, de Josep Rocarol) .
Texto:
En muchas casas existía la
tizonera, un hueco empotrado en la pared (que sobresalía en la fachada) donde
se colocaban los críos y los gatos dado el grado de calor en esa zona pero
también a riesgo de tiznarse con el hollín.
Llegada la Navidad, sobre el
fogaril tenía (y aún tiene lugar) un ritual: la quema de la toza, un tronco de
cajigo, al que se le prende fuego y el más pequeño de la casa, con una torta en
la mano y haciendo sobre la toza la señal de la cruz, la bendice y recita:
Buena toza, buena moza.
Buen tizón, buen varón.
Buena
morzilla grasa
ta l’ama d’ista casa.
Y ta l’amo d’a casa,
sopas y
figeus.
A qui bien no li parixca
truca li Deu,
con
o garrote
li den n’o cocote.
A continuación, el hombre mayor
de la casa la rocía con vino.
Se han dado varias interpretaciones
a este rito: asegurarse la luz solar estimulándola (los días crecen a partir de
Navidad); purificar la casa y todos los que la habitan, incluidos los animales;
ser un símbolo de la Eucaristía (cuerpo -torta-, sangre -vino- de Cristo); conservación
de la casa y permanencia de la misma a través de las nuevas generaciones (por
eso intervienen el mayor y el más joven de la casa).
Navidad 1940/2023.
Francho Chabier de Murillo y
Ordovas.
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