domingo, 19 de enero de 2020

48- MONTEMOLINERO

Si uno busca en el diccionario de la Real Academia Española una referencia de Montemolín, le será imposible encontrarla. Los términos más próximos a este zaragozano barrio, en lo que a las páginas de la publicación se refiere, son ‘moteleva’ y ‘montenegrino’. Es precisamente entre estas dos palabras donde los vecinos de esta zona de la ciudad quieren quedar reflejados.
Para ello, la Asociación Vecinal Larrinaga-Montemolín ha iniciado una campaña para conseguir que la RAE incorpore el vocablo ‘montemolinero/a’ para aludir al gentilicio asignado a las personas originarias o habitantes del barrio de Montemolín de Zaragoza. Una curiosa y original iniciativa con la que el colectivo quiere dar a conocer este vecindario, también llamado Bajo Aragón. “Se está perdiendo. Hay mucha gente que no lo conoce y lo confunde con el barrio de Las Fuentes o con San José”, lamenta José Antonio Prades, presidente del colectivo vecinal.
La idea de ponerse en contacto con la RAE surgió de la mano de uno de los vocales  de la entidad en uno de los plenos que celebran periódicamente. “Estuvimos investigando un poco y vimos que hay un pueblo en Badajoz que también se llama Montemolín, pero sus habitantes se llaman montemolineses”, explica Prades. Inmediatamente después, el representante de la asociación realizó su propuesta vía web a la Academia. Por el momento, como toda respuesta, a la asociación le han comunicado que su sugerencia ha sido recibida y que será objeto de un estudio exhaustivo.
Cada año, el diccionario más famoso de habla hispana incorpora nuevos términos cuyo uso se va extendiendo entre la población. Este año, por ejemplo, la RAE ha aceptado zasca, casoplón, sieso o antitaurino, que ya no tienen la consideración de vulgarismos ni de coloquialismos.
Uno de los principales criterios de la Academia para aceptar o no una nueva voz es que esta tenga un uso generalizado. Por este motivo, desde la asociación invitan a todos los vecinos del barrio –y de la ciudad- a utilizar sin miedo el término en sus redes sociales, publicaciones o blogs, para que la institución cultural detecte que su uso ha aumentado. “Sería un éxito para el barrio. Justamente, lo que queremos es que se reconozca nuestra existencia, y qué mejor que nuestro gentilicio esté admitido por la Real Academia Española y lo lean 400 millones de personas”, considera Prades.

Un barrio entre dos aguas

El barrio de Montemolín no empezó a urbanizarse con cierta densidad hasta comienzos del siglo XX, aunque sus orígenes se remontan a la segunda mitad del siglo XIX.
Fue también en el XX cuando empezaron a desarrollarse los barrios de Las Fuentes y San José, que experimentaron un gran crecimiento demográfico y a los que se dotó de muchos más servicios. “Fueron mucho más atendidos y acabaron por absorber Montemolín”, apunta Prades. Finalmente, cuando en el año 1981 el término municipal de Zaragoza se articuló en 12 distritos, Montemolín desapareció como entidad jurídica.
Actualmente, la mitad del barrio pertenece al distrito de Las Fuentes y la otra mitad, al de San José. Lo que sí ha permanecido inmutable es el sentimiento de los vecinos de esa antigua zona de la ciudad, que reclaman un mayor reconocimiento de su identidad. “Nuestra ilusión es que, si algún día se unifican los distritos de San José y Las Fuentes, el territorio resultante recuperara el nombre de Montemolín”, comentan desde la asociación.
En estos momentos, la principal preocupación de este colectivo –y también de la Asociación Vecinal de Las Fuentes, Civitas, la asociación de mujeres ‘Las Aguadoras’ Apudepa y la plataforma Aragón Despierta- es el derribo de la fábrica de Giesa. A mediados de noviembre, el Ayuntamiento de Zaragoza comenzó a echar abajo las naves que estaban en peor estado bajo la atenta mirada de los defensores del inmueble, que exigen que se respeten las zonas catalogadas y en un futuro pueda albergar equipamientos para el barrio. “Giesa contiene un gran patrimonio industrial. Hay que mantenerlo y dotar a esa zona de una serie de servicios de los que en este momento carece”, concluye Prades
Leyre Ruiz, Heraldo de Aragón - 05/12/2019

martes, 14 de enero de 2020

47- AMIGOS Y GENTE DEL BARRIO

      Portada del libro La última Bruja, de Mayte Navales , editorial  Almuzara

Los nombres tienen poder. Todos lo sabemos. Y los nombres de las brujas siempre han sido más poderosos que los de los humanos, pues contienen su esencia y su magia. Por eso los ocultan. Esta es la historia de dos de dos brujas milenarias. Y de sus nombres. Y de cómo sobreviven al tiempo. Greta nació en la Edad Media. Irati, mucho más vieja, pertenece a una raza extinta que ya no camina la Tierra. Es la última de su estirpe. Pero en el mundo quedan otras razas como la suya, tribus que conocen los secretos de los bosques primigenios. Y en el presente, un espíritu ancestral sobrevuela los sueños de un niño de aura azul. No solo las brujas ansían su corazón. Solo necesitan su nombre… Heredera directa de Neil Gaiman, Stephen King, Anne Rice y Patrick Rothfuss, Mayte Navales combina con maestría el género del terror y la fantasía mítica para adentrase en la oscuridad y la voracidad del corazón humano. Una novela que invita al lector a perderse en oscuros bosques, que le obliga a pasar página tras página hasta encontrar el lugar, donde habitan la venganza y la pasion.


Mayte Navales. Nacida en Zaragoza en barrio de Montemolin, lectora empedernida de fantasía, ciencia ficción, terror y ficción especulativa, Mayte Navales trabajó de fotógrafa, actriz, camarera y animadora al tiempo que dirigía cortometrajes, estudiaba filología inglesa y escribía relatos de fantasía mítica. Actualmente trabaja como guionista de televisión. LA ÚLTIMA BRUJA, finalista del Premio Minotauro, es su primera novela publicada. 

46- MONTEMOLIN Y SU POSADA EN EL SIGLO XX

                                                        Dibujo de D Ambrosio Ruste.


Posiblemente el nombre del barrio de Montemolin de Zaragoza derive  de esta antigua Posada, pero  con toda seguridad es el origen de la hosteleria en nuestro barrrio, puesto que esta antigua Fonda o Mesón, es anterior al siglo XX.
 Haciendo eco de la noticia aparecida en el periódico La Voz de Aragón, de Enero de 1935, en su sección Noticias y comentarios generales, y en el apartado , sectores importantes de la ciudad, publicaba : - El barrio de Miguel Servet- desglosa una serie de empresas y comercios de este sector, entre ellos la citada Posada. El periodista la define de este modo " La Antigua Posada de Montemolin.  En un barrio tan importante como Miguel Servet no podía faltar una posada, que a la par de típica, fuera una de las que mas destacan entre las posadas aragonesas. Esta a la cual nos referimos es  la " Antigua Posada de Montemolin", situada en Miguel Servet número  21. El edificio en el que está instalada, así como sus dependencias, llenas del tipismo clásico aragonés, hace que a diario se vea concurrida, uniendo a esta circunstancia los excelentemente condimentados  y clásicos platos aragoneses". 
El artículo reconoce y hace buena referencia  de uno de los comercios hosteleros mas antiguo de nuestro barrio.
Pasa el tiempo, y a finales de la década de los cuarenta, en plena posguerra,  un artículo de don José Blasco Ijazo, insigne cronista oficial de Zaragoza, en el  periódico El Noticiero, y en su sección ¡Aqui ... Zaragoza, hace mención a esta posada ya en su declive, junto con otras de la ciudad... " Resistiendo firme los grandes embates del tiempo quedan en Zaragoza la Posada de las Almas, muy remozada y compuesta, en la calle de San Pablo; la de San Juan en la de Pignatelli; la de la Salina en el paseo de Echegaray y Caballero ; la de San Benito en la calle de Predicadores; la de San Jerónimo , en la del Arpa; la de los Reyes en la calle de Jesús  y la de  Montemolin en la calle de Miguel Servet. Total siete." 
Recuerdo esta Posada en los años 60, ya no como hostería, (que desconozco si lo era por aquellos tiempos,)  sino como punto de partida de los coches de línea, que se dirigían a varios pueblos del Bajo Aragón.

2020/FJMurillo

Posada de las Almas C/ San Pablo -  2020