EL TORO QUE
SE ESCAPÓ DEL MATADERO
En el año 1970 , en nuestro barrio, se produjo un hecho, que
bien pudo acabar en tragedia . La tienda de vinos y comestibles de D.
José Garijo ,ubicada en la antigua calle Fillas, hoy Francisco de
Quevedo nº 16, fue el escenario del aparatoso suceso que vamos a
narrar.
A uno de los camiones que
descargaba ganado vacuno, en el Matadero Municipal de
la calle Miguel Servet, para ser sacrificados, se le escapó uno de
estos astados.
El "vicho” ( en lenguaje taurino), un toro, que procedía de la montaña, aunque “no bravo”, pero “alegre” , “ojo perdiz” y de unos 700 Kg de peso, en su huida sin control , aceleró su escapada por el camino Fillas , yendo a parar a la calle del mismo nombre , y justo a la tienda antes mencionada. Este sin mediar ningún “mugido”, se coló en el interior destrozando toda la cristalera, gran parte del mobiliario, y con el consiguiente susto para dos clientas y el propietario del comercio.
Estos ante el singular “morlaco” que se les venia encima , se protegieron, unos en el altillo y otros en los servicios hasta que el animal salió por donde había entrado, produciéndose este, diversos cortes por los cristales.
El "vicho” ( en lenguaje taurino), un toro, que procedía de la montaña, aunque “no bravo”, pero “alegre” , “ojo perdiz” y de unos 700 Kg de peso, en su huida sin control , aceleró su escapada por el camino Fillas , yendo a parar a la calle del mismo nombre , y justo a la tienda antes mencionada. Este sin mediar ningún “mugido”, se coló en el interior destrozando toda la cristalera, gran parte del mobiliario, y con el consiguiente susto para dos clientas y el propietario del comercio.
Estos ante el singular “morlaco” que se les venia encima , se protegieron, unos en el altillo y otros en los servicios hasta que el animal salió por donde había entrado, produciéndose este, diversos cortes por los cristales.
Una vez en la calle
entre, Maximino “el vaquero”, José Garijo y otros “valientes y
entendidos” en estas guisas, ( no olvidemos la gran cantidad de
vaquerías que teníamos en Montemolin) consiguieron reducirlo y
sujetarlo en las verjas de las monjas de Pía Unión.
Posteriormente los
vecinos mencionados junto al camionero consiguieron introducir otra vez
el animal al camión para ser nuevamente llevado al matadero.
Al principio dijimos que
pudo acabar en tragedia , pues bien la esposa de José , solía bajar
a la tienda sobre esas horas en compañía del hijo de ambos ,de
pocos meses, pero ese día algo retrasó la llegada, y así se pudo
evitar que, al contar esta historia de nuestro barrio de Montemolin ,
solo podamos decir que, concluyó... con un gran susto y daños
materiales.
Quiero agradecer a D José Garijo,
la información facilitada, de este singular suceso.
F.J. Murillo
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