EL MANANTIAL DE LA FILLA
En el siglo XIX y anteriores, un
pequeño riachuelo, procedente de un manantial junto al río Ebro,
trascurría libre y vivo. Sus limpias aguas regaban
alguno de los pocos campos de cultivo existentes en esta época, y
junto con cañaverales y choperas, añadía un signo de vida natural y alegre a
toda la gran vegetación a su alrededor, multitud de pájaros,
cigüeñas y otras aves, se refrescaban en sus aguas, así como un sin fin de pequeños animales salvajes; incluso el tan temido lobo,
aprovechaba estas aguas para saciar su sed, al ser tan cristalinas; las ranas y sapos y todo tipo de anfibios, eran los habitantes mayoritarios entre la maleza de sus orillas.
La zona pantanosa que en
los años 50/60 del siglo pasado conocimos como la Filla, y que discurría
entre los Términos de Las Fuentes y Montemolin de Zaragoza, no fue una acequia
que derivaba de otra mas grande, ni era un canal procedente de otro
río, no tenia nada de artificial , en sus orígenes fue un pequeño
riachuelo natural procedente de un manantial llamado “manantial de la
Filla”, el cual a finales del siglo XIX todavía estaba situado en punto concreto del Término de Las Fuentes, entre la prolongación del antiguo camino de las Fuentes en dirección sur, y el cruce con el camino de la Torre de
la Raya, cercano al río Ebro . Para situarnos a día de hoy, diremos que, el punto aproximado del manantial, se encontraría en la confluencia de la C/ Batalla de Lepanto y la calle María de Aragón, justo en lo que hoy es el Colegio Público de Torre Ramona.
Conforme la ciudad de
Zaragoza se expandía, invadiendo las huertas a un niveles de cota mas
bajo, este pequeño riachuelo fue desapareciendo poco a poco, todo ello por la gran cantidad de escombros utilizados para ir igualando la
altura o cota de nivel al que la ciudad venia creciendo a lo largo
del siglo XX.
Los incesantes cortes que
se le practicaron a su cauce, debido a las nuevas construcciones fueron un
continuo estrangulamiento del cual no pudo salvarse, una batalla muy
desigual la cual no tuvo buen final, y a día de hoy este pequeño
riachuelo, está completamente desaparecido entre algunos de los edificios y el Parque de Torre Ramona del barrio de Las Fuentes y de Montemolin.
El discurrir de forma
casi perpendicular al río Ebro, "plantarle cara al progreso" de la ciudad, su poco desnivel y pequeño caudal, hicieron más
rápido su desaparición y descomposición. Esta última, -su
descomposición- llegó a finales de los años 60 , ya como zona
pantanosa y de aguas contaminadas e insalubres, como consecuencia de los escombros,
escorias y todo tipo de basuras arrojadas en los tramos que quedaron
a la vista en estos últimos años.
En estos tramos, en el final de sus días, el agua estancada procedía en su totalidad de las crecidas del río Ebro en su avenidas, puesto que ya no existía ningún tipo de corriente hídrica.
El recorrido del
riachuelo de La Filla, en su origen, era el siguiente: una vez que brotaba del manantial y después de atravesar algunos pocos campos de labor
del término de las Fuentes, cruzaba el camino del Tejar ya en la
zona de Montemolin, en la parte trasera de la Torre Ramona y discurría casi paralelo al riego de la Reja,
este último a un nivel de cota mas alto, procedente de la acequia de
las Adulas, luego un poco mas abajo de su cauce , coincidían estos
dos, siempre en paralelo, con el riego de la Raya.
Ya en su recorrido junto a la carretera de Alcañiz o del Bajo Aragón, en su lado
izquierdo sentido salida de la ciudad, atravesaba el camino del
Junco, las traseras de las Torres de Ascaso, Torre de Alfonso, Torre
de Aviñon, entre otras, en uno de estos puntos casi coincidía , aunque
en el lado opuesto con el inicio del camino de Enmedio.
Un poco más abajo en su
recorrido atravesaba por la parte posterior el Cementerio del
Hospital Provincial de Zaragoza, llamado de La Cartuja, nuevamente recorría
cañaverales algún campo de labor y en su recorrido final siempre en
paralelo a la carretera o camino de Alcañiz, llegaba a las cercanías
de la Venta de la Media Legua también por su trasera, y unos
metros más abajo finalizaba su recorrido y desembocaba en el llamado
escorredero de la Media Legua. Este escorredero se deslizaba en paralelo al camino de San Antonio , procedente de la almenara del mismo nombre, y se nutría con las aguas sobrantes del Canal Imperial de Aragón. Casi en el punto de encuentro de la Filla con el escorredero , estaba situado el Molino de Jordán . Una vez
unido a este escorredero, sus aguas eran vertidas al río Ebro. Y así, después de unos tres o cuatro kilómetros de recorrido, desde su nacimiento, en el llamado manantial de la Filla, las aguas de este pequeño riachuelo se incorporaban al
Padre Ebro.
Nota: Si algún vecino del barrio de Las Fuentes-Montemolin, os comenta que en su garaje sale agua, créelo … el manantial está debajo.
Nota: Si algún vecino del barrio de Las Fuentes-Montemolin, os comenta que en su garaje sale agua, créelo … el manantial está debajo.
Texto (c) F J Murillo
Fotografías: 1-Sección de un plano de Zaragoza, de finales de los años 40 siglo XX, de mi propiedad. 2-Escorredero de La Media Legua , o de San Antonio.(c) F J Murillo
(El pequeño texto se ha confeccionado tras la lectura y visualización de diversos planos del AHMZ. Planos catastrales del ejercito de 1892 , y vivencias del autor.)
(El pequeño texto se ha confeccionado tras la lectura y visualización de diversos planos del AHMZ. Planos catastrales del ejercito de 1892 , y vivencias del autor.)
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